Los efectos del fin de los subsidios energéticos en África
La eliminación de los subsidios a los combustibles por parte de varios países africanos ha encendido la mecha de acalorados debates y protestas durante estos últimos años. Las fulgurantes y constantes alzas de los precios de los combustibles afectan principalmente a las clases medias y bajas. Los consumidores deben afrontar los altos precios de productos derivados de combustibles que se utilizan para cocinar, la calefacción, la luz y el transporte.
A pesar de que estos recortes se han diseñado para beneficiar en realidad a los afectados, muchas veces producen el efecto contrario. Según un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), los subsidios a los combustibles son poco eficaces y benefician a los que consumen más. El estudio muestra que el 20% de los hogares más ricos obtienen seis veces más subsidios que el 20% de los hogares más pobres.
Para contrarrestar los costos de vida que no dejan de aumentar para los pobres, algunos países han puesto en marcha programas de compensación para prestar asistencia a los hogares con pocos recursos. Gabón y Mozambique ofrecen transferencias condicionadas de efectivo para los más necesitados. Ghana ha aumentado el número de los autobuses de los transportes públicos. Namibia ha dispuesto programas de distribución de alimentos para pobres. Nigeria ha creado programas de empleo específicos para mujeres y jóvenes. Guinea ha disminuido los costos de los tratamientos sanitarios. El FMI subraya que estas medidas para proteger a los más vulnerables son fundamentales para emprender las reformas.
El presidente de Zambia, Michael Sata, anunció la retirada del subsidio a los combustibles el mes pasado, a lo que agregó que se dedicarían fondos para la creación de empleo y el desarrollo de infraestructuras, como escuelas, universidades y hospitales.
Ghana ha eliminado completamente los subsidios al petróleo, la gasolina y los GLP (gases licuados del petróleo) para contribuir a restaurar su estabilidad fiscal tras el tremendo déficit presupuestario de 2012. La consecuencia ha sido el aumento de los precios de los combustibles: los ghanianos han visto cómo aumentaba el precio de la gasolina y de los GLP en un 3% y un 2% el precio del gasóleo.
Recientemente, Egipto ha iniciado la primera fase para eliminar los subsidios a los carburantes. Debido a que la economía egipcia declinó tras las turbulencias políticas de 2011, se están tomando medidas para garantizar un préstamo del FMI de 4.800 millones de dólares estadounidenses, que se concederá únicamente si se emprende la reforma de los subsidios energéticos. La primera fase consiste en distribuir gasolina de los depósitos de almacenaje de combustibles a las estaciones de servicio mediante tarjeta inteligente o chip. La Compañía general egipcia de hidrocarburos (EGPC) espera que con la aplicación de los subsidios únicamente a nivel de la comercialización se pueda reducir el robo de combustible, ya que los traficantes que sacan provecho de la quinta parte del combustible financiada mediante subsidios que extraen ilegalmente tendrán menos oportunidades.
Con el aumento de los costos energéticos, los africanos a los que incumben estos subsidios tendrán que buscar nuevas maneras de reducir el consumo de combustible. Una ayuda adecuada por parte de los gobiernos y la disminución del robo de combustible con suerte permitirán que se estabilicen las economías del continente.
Resumen: el intento de algunos gobiernos africanos de recortar el gasto nacional al eliminar los subsidios a los carburantes está afectando a los precios en todo el continentes y propiciando las desavenencias y las protestas de la población.